3 sept 2010

La chica de Papel


Carta: Varios
Tabla: Las estaciones
Fandom: Original
Advertencias: Ninguna
3. Primavera

Siempre hubo soledad para ese viejo, retirado por gusto a la colina de Toglado
Así lo había escogido él que no pensaba en las complicadas trivialidades del mundo civilizado
Pasaba sus horas mirando los arboles florecer en la primavera eterna de ese lugar olvidado
Solo, inexistente, en las memorias de pocos estaba aun el viejo recordado.

Un día las flores parecían perfumar intencionalmente para hacerlo sonreír
Y se sintió triste de no tener con quien compartir
Decidiendo pues, jugar a brindar existir
Pensando que la locura podría estar en un solitario porvenir.

Tomo un cuaderno, rasgando sus hojas sin delicadeza
Juntó ramas que le proveía la naturaleza
Formó con estas una silueta y una estructura con fortaleza
El cuerpo en bruto de una fémina con futura belleza.

El cuaderno y sus hojas añejados le dieron una piel canela
Unos suaves telas, un cabello negro de franela
Un poco de pintura y nació a la luz de la vela
Una chica de papel, ojos de acuarela.

Chica de rebosante alegría vestida con una cortina
Resulto ser su creación y nueva inquilina
Que rie, habla e incluso camina
Una chica adorable a la que llamó Paulina.

“Padre, padre, hoy salí al jardín y corte una rosa”
Decía contenta por su descubrimiento de esa mañana brumosa
“Bien, mi niña, siéntate y cuéntame de que estuvo la cosa”
Le apremiaba el viejo, asombrado de que fuera tan curiosa.

Todo era alegría hasta que Paulina caminó más de lo que solía poder
Al volver en su cara estaba una expresión de no poderlo creer
“Padre hoy he mirado de lejos al rio correr”
“¡Paulina no lo vuelvas a hacer! Que si te acercas al rio podrías nunca volver”.

La chica era terca y amaba por el rio andar
“Seguro que si miro los peces, podría aprender a nadar”
Ignorando las palabras del viejo, que bien le hizo brindar
Ojala hubiera escogido, esa advertencia no olvidar.

Tarde se hacía en Togledo, y Paulina no ha regresado
Dejando a su viejo padre esperando, triste y preocupado
Tomó la linterna en mano y salió acelerado
“Por favor que mi niña Paulina no me haya ignorado”.

Al llegar al rio, la escena le estremeció
El agua pintada de acuarela mal augurio le pareció
Trozos de negra franela y papel que se desvaneció
Restos de la niña curiosa que por desobediente pereció.

30 ago 2010

Vuelve el Principe



Carta: Abstractismo y Filosofía
Tabla: Recuerdos
Fandom: Original
5. Recuerdos Desagradables

De "Historias de 3 Mujeres"
Vol. 5 Vuelve el Principe

Dicen que la mente protege a uno de los recuerdos desagradables, sería algo bastante efectivo si el mundo que te rodea no estuviera afanado en recordarte lo que tú solo quieres olvidar, es mi caso… las mujeres de mi vida me recordarán siempre los errores que he cometido como un letrero imborrable en mi frente, lo merezco, no lo niego.

Hace ya bastante que dejé mi casa, recuerdo a mi madre llorando al verme en el tren que me llevó a otra ciudad, junto a “ella”. Ella… ese es el error que mi memoria se afana en cubrir, no recuerdo su nombre aunque mil veces lo mencioné con ilusión, pero ahora ya no me importa, si no lo recuerdo es mejor, si no la menciono es mejor, pero es la inevitable pregunta a la que me enfrentare al regresar a casa, ahora mismo creo que romperé el aza de mi maleta con la fuerza con la que la aprieto, temo su reacción cuando este taxi me deje frente el camino que conduce a la casa: no les llamé, no las busqué… las abandoné ¿Cómo pude hacerle eso a las mujeres que me han dado todo?

Detesto ser varón en este momento, como unas curvas bonitas me llevaron a dejar mi casa y destrozarme el cuerpo y el alma por complacer a la dueña de estas y ¿para qué? Solo para ser tratado de lo peor y ser abandonado como un perro viejo, incapaz de cubrir los caprichos de ella, pensándola el amor de mi vida… soy un idiota.

El momento de la verdad esta ante mis ojos, he llegado a la que siempre fue mi casa, de la que yo me ocupé cuando mi padre debió partir… tomo una bocanada de aire antes de caminar por el pasillito hasta la puerta, llamando a esta y esperando con el corazón en la garganta, aferrando la maleta. Aquí estás madre, puedo ver tus ojos llenándose de lágrimas y a tu espalda a la abuela abrazando a mi hermanita que pronto corre a lanzarse a mis brazos.

“Te esperábamos, Mi príncipe”

No hay reclamos, como si solo hubiera ido a la tienda y no marchado por años a otra ciudad. Abrazo a mi hermana con las lágrimas amenazando con brotar, las mujeres de mi vida siempre esperaron por mí incondicionalmente, mis majestades.

- Estoy en Casa

Las Princesas y sus Mundos



Carta: Abstractismo y Filosofía
Tabla: Recuerdos
Fandom: Original
4. Recuerdos Divertidos

De "Historias de 3 Mujeres"
Vol. 4 Las princesas y sus mundos

- Mamá, ya no se qué hacer con tu nieta, hoy mismo me ha dicho que tenía muchas ganas de ir a jugar al parque y cuando llegamos dijo que ya había sido suficiente y que regresáramos a casa ¡Acabábamos de llegar! -

- Vaya, cuéntame que pasó en el camino-

- Nada fuera de lo normal, bueno, había una laguna de agua en medio de la calle por la lluvia de anoche y tuvimos que rodear un poco, entrar a un jardín porque un chico en su bicicleta casi nos atropella mientras lo perseguía un perro, se nos acercó un vendedor de esos milagrosos y tuvimos que esperar un poco para cruzar por el tráfico… creo que no era para que se aburriera.

- Iré a hablar con ella hija –la anciana se levantó de su sillón y caminó apoyada en su bastón hasta el cuarto de su nietecita tocando y pasando a sentarse a la cama de la pequeña, donde esta estaba con una gran sonrisa- Princesita, mi nietecita ¿Cómo estuvo tu día? –

- Abuelita, ¡abuelita! Hoy fue un día maravilloso, ¡toda una aventura de princesas! Tus princesas –

- Cuéntale a esta vieja Reina tu aventura, pequeña princesita-

- Yo quería ir al bosque encantado, asi que ambas recorríamos la vereda hasta llegar al enorme lago negro, daban ganas de entrar en él pero ¡No! Que dicen que esta embrujado pero… ¡No había puente! Asi que nos fuimos por las lejanías, ¿Sabes? Dicen que son muy peligrosas, pero nosotras somos valientes y seguimos por ahí ¿Qué crees que ví? ¡Un caballero en su caballo huyendo de un enorme dragón que tiraba fuego! Tuvimos que huir a un bosque para no ser alcanzadas por la batalla, hubieras visto. Pero te decía abuelita, seguíamos en el camino y se nos aparece un brujo, vendiéndonos pócimas mágicas pero yo le dije a mamá que no se las comprara ¿Te imaginas si fueran de magia negra? ¡No quiero terminar convertida en sapo! Así que huimos a través de una manada de unicornios salvajes, ¡Que peligrosos son! Y entonces llegamos al bosque encantado-

- ¿Por qué no te quedaste en el bosque, mi princesa?

- Abuelita, ¿Escuchaste mi aventura? Fue tan divertido el camino que yo solo quería regresar a mi castillo.

3 ago 2010

Sin él



Carta: Abstractismo y Filosofía
Tabla: Recuerdos
Fandom: Original
3. Recuerdos Dolorosos

De "Historias de 3 Mujeres"
Vol. 3 Sin él

Las tres mujeres estaban de pie frente a un mausoleo de mármol negro, las tres vestidas de negro, las tres silenciosas, las tres lo extrañaban, hacía ya cinco años de su partida, y ahí lo visitaban las tres generaciones que había conocido: la suegra, la esposa y la hija, las tres le lloraban… las tres lo recordaban en sus facetas diferentes, con cada una fue diferente y aun así las tres lo adoraron.

La mujer de cabellos encanecidos y figura encorvada recordaba al hombre serio y atento que siempre frecuentó a su única hija, que cuando su marido falleció la acogió con su nueva familia, a pesar de que él y su hija eran una pareja joven, que siempre procuró por ella y la trataba con respeto, era un hombre excepcional, monarca y no dictador de su hogar.

La mujer de mediana edad lo recordaba como el joven encantador que le insistió meses en la escuela para que saliera con él, que cuando finalmente aceptó respetaba sus decisiones y no interrumpía su silencio, que cuando la miraba llorar no decía nada y solo se sentaba a su lado, protegiéndola entre sus brazos y besando sus cabellos. Una imagen de el de traje y el con sus hijos en brazos, el novio perfecto que se transformó en el esposo de sus sueños.

La pequeña no lo recordaba definidamente, solo era una voz dulce y un hombre gigante que la levantaba del suelo, que jugaba con ella y cargaba mientras su hermano trataba de subirse a su espalda, su padre, un hombre con el que no podía jugar más.

Tan triste fue el accidente, tan repentino, tan desafortunado, un hombre como él con toda su juventud y su gran corazón no debería irse tan pronto, recordar que sonrió antes de marcharse una mañana y no regresó en la tarde, fue directo a ese sitio donde todos lloran y gritan su pérdida, pero ninguna gritó, las tres sufrieron en silencio, las mayores lloraron la desgracia mientras la pequeña solo alcanzaba mínimamente comprender lo que sucedía, no podían exigirle y recriminarle que las abandonara, seguramente él las cuidaría desde arriba.

Todos los años iban a visitarlo, a limpiar su tumba… a encender las velas, siempre iban en silencio y volvían en aun mayor silencio, aunque esta vez fue diferente, no iba el único varón de la familia, y aunque ninguna de las tres lo dijo todas tenían el mismo pensamiento: deseaban que el hijo de ese maravilloso hombre no se marchara también, que las tres tenían el horrible pensamiento de ver en esa versión joven del hombre extrañado a la persona que ya no estaba con ellas, un sucio egoísmo que ninguna admitiría, pero que tampoco olvidarían.

La Partida del Príncipe



Carta: Abstractismo y Filosofía
Tabla: Recuerdos
Fandom: Original
2. Recuerdos Tristes

De "Historias de 3 Mujeres"
Vol. 2 La Partida del Príncipe

De nuevo estaba mirando por la ventana de la cocina, mientras mis manos lavaban automáticamente los platos de la cena, esta era tu tarea, no lo olvido, siempre sonriente y dispuesto a ayudar a pesar de ser pequeño y no alcanzar el fregadero, con los años no se te quitó la costumbre de hacerlo, dispuesto a ayudar a tu cansada madre que también lidiaba con tu hermana menor, tan atento mi muchacho, tan buen chico, tan educado y propio, ¿Dónde estarás ahora?

Aun espero mirarte caminar de regreso por la acera para entrar a la casa, sonriendo y con el dinero de tu trabajo en el bolsillo para cumplir el rol de hombre de la casa que has asumido, no era necesario hijito, pero siempre quisiste cuidar de esta casa llena de mujeres: de reinas y princesas que te esperan como el salvador, no necesitamos que te esfuerces tanto, cariño, que siempre nos las hemos sabido arreglar.

Tu hermana pregunta cada noche por ti, pequeña e inocente busca a su protector, quiere ir a jugar al parque contigo nuevamente, ¿Dónde estarás?

La última imagen que tengo de ti no es muy conciliadora, tu rostro triste en la ventanilla del transporte, esforzándote por sonreír mientras partías sin rumbo fijo, buscando una oportunidad que nadie te asegura, a esos terrenos desconocidos.

No quiero pensar que te fuiste por mi culpa, por ser una madre sobreprotectora que no deseaba dejarte partir, es difícil aceptar que otra dama en desgracia te ha llamado, con una intención que las princesas de esta casa no pueden ofrecerte, pero estamos tristes… mi principito, que esa damisela monopoliza a nuestro valiente salvador, no es una mala mujer, no creas que yo pienso mal de ella, solo no te queremos perder.

Al final hace meses que no sabemos de ti, me duele en el alma que tan joven hayas tomado el mismo camino que yo, espero rectifiques antes que también cometas mi errores, no te alejes de nosotras, que te queremos ver triunfar, queremos a nuestro principito en casa, con la sonrisa dibujada en el rostro de galán y tu risa alegrando el ambiente, es difícil tener fe cuando ignoramos en donde te has metido, pero mientras me dure seguiré vigilando el patio, esperando que toques la ventana con el puño y me sonrías de nuevo.

Junto a la ventana



Carta: Abstractismo y Filosofía
Tabla: Recuerdos
Fandom: Original
1. Recuerdos Felices

De "Historias de 3 Mujeres"
Vol. 1 Junto a la Ventana


Pasas horas en ese sillón, ¿Es cómodo?

No hija, es el asiento más incómodo de la casa

¿Entonces por qué pasas todo el día en él?

Porque desde aquí se mira ese prado

¿Cuál prado? Es el patio trasero y más allá solo el edificio de la central eléctrica

No hija, es un prado lleno de flores y árboles frutales, fragante y lleno de vida, el esplendor de un trabajador cansado tras un día duro en los sembradíos.

Madre, no hay sembradíos cerca, solo edificios y calles.

¿Calles? Esos caminos de dura piedra no las hay más que en el centro, donde esta el alcalde y los hospitales.

Tenemos presidente, no alcalde, recuerda las elecciones.

¿Elecciones? Solo los hombres van a votar a las oficinas, yo debo terminar de remendar la sabana para la cama, he bordado un pajarito azul en el centro, decorará las otras blancas sabanas sin duda.

Madre, ¿Estas olvidando ya?

No cariño, recuerdo todo perfectamente.

Hablas como si te hubieras quedado en el pasado.

En este momento estoy en el pasado, puedo sentirlo, olerlo, estoy en él.

Mamá, son solo recuerdos.

Entonces estoy en los recuerdos, puedo oler el aroma del café haciéndose en la olla del fogón, mientras mi madre canta una nana para mi hermanito, ven, siéntate a mi lado, para que lo veas también, siente el aroma en tu nariz, la luz del sol colándose por las cortinas de la cocina y molestando tus ojos, ¿No lo ves? Cierra los ojos entonces, yo lo veré por ti.

La sala tiene esa alfombra estampada que mandaron mis tías por navidad desde la capital, puedes ver sobre ella a mi hermana mayor escribiendo con una pluma de pavorreal, sumergiéndola en un frasco de tinta rosa, le costó días de esfuerzo a mi padre regalárselos, pero como cumplió 15 años es lo menos que podía hacer por ella.

¡Ey! No abras los ojos o te perderás lo mejor, mira por la ventana, está el prado que te mencioné, con hierba verde y árboles dispersos, esas motitas rojas son las gladiolas de temporada, ¿Ves esa niña jugando ahí?, con un vestido de domingo, un lazo rojo de diadema en su cabello rubio, soy yo, con huecos en la sonrisa por la muda de los dientes, seguramente regresaré con las orillas raspadas, y el vestido sucio, mamá se reirá condescendiente y mi padre tratará que juegue adentro con muñecas, si, esas muñecas de porcelana vestiditas en la repisa de la sala, pero yo quiero correr, antes de que el prado desaparezca.

¿Escuchas como llaman a la puerta? Será papá con algún dulcecito en la bolsa, dispuesto a regalármelo mientras le cuento sentada en su regazo los mundos que he descubierto en el prado, mientras la luz se va en el cuarto y yo debo ponerme de pie… tomar mi bastón y dirigirme a encender la luz, cuidando de no tropezar con los juguetes con lucecitas y canciones infantiles que dejó tirados mi nieta, que lindo fue ver de nuevo por la ventana, y mañana volveré a sentarme para seguir contemplando el prado, tal vez debas hacer un alto en tu rutina querida y sentarte nuevamente a verlo conmigo.

Es una oferta muy atrayente mamá.

Nada más que perder



Carta: Oscurismo
Tabla: Suicidio
Fandom: original
5. Nada más que perder

De "Las pérdidas de Antoine"
Vol. 5 Nada más que perder (Final)

Camino colina arriba con la mirada perdida, el novenario ha pasado y yo aun no me siento mejor con tu muerte, entiendo tus razones pero no me reconfortan, tu ausencia me pesa y lastima con tal intensidad que mi corazón esta roto, mi alma destrozado y mi cabeza vacia, soy un remedo de hombre, una piltrafa que se mueve, los pies dan cada paso con un andar automático, demostrando la tenacidad de un cuerpo contra un ser que solo quiere desaparecer.

La ciudad queda atras y yo no dejo de recorrer el sendero de tierra que sube la colina, tengo una razón, la única que se me ocurre con las pocas luces de fria cordura, y ya dudo que no se hayan fundido en los ultimos pasos.

Duré dias acurrucado en un rincón de mi solitaria casa, queriendo fundirme con la pared, desaparecer, dándome cuenta que ya no me quedaba nada, era una persona desconocida, sin nombre, sin recuerdos, sin espíritu, alguien dijo una vez que solo existimos en la mente de las personas que nos recuerdan, más aun en las de quien nos estima... pero me he dado cuenta que al perderte yo he dejado de existir, nadie sabe quien soy, no tngo amigos, familia o conocidos, perdi mi trabajo hace tiempo y mis compañeros tambien me han olvidado, nadie sabe de mi por lo tanto ya no existo, soy una sombra... un fantasma, un organismo de hueso y carne que roba oxígeno a las personas, solo hay algo que me queda, de lo que debo desacerme para ir contigo, volver a existir.

No lo planeé mucho, pero se que todo funcionara, la colina sube y sube y me sentiria cansado si recordara lo que es estarlo, ya no me importa, ya no siento este cuerpo tan ajeno... solo observo sin demasiada atención como el sol avanza en el sentido contrario al mio, ocultandose mientras yo me aproximo a la cima, mirando un puente de madera que pasaba entre colina y colina, mientras un rio fluia debajo, cristalino y a medida que el sol se iba... negro como las alas de un cuervo.

Camino hasta estar en medio de este, observando la tarde desapareciendo tras un ultimo suspiro, tomando unas rocas de la colina y llenando mi mochila con estas, tambien mis bolsillos, atando unas ultimas a mis zapatos y sentandome en el puente que crujió bajo mi peso.

Todo se habia ido dejandome atras, una ultima cosa me separaba de estos, un cuerpo rosado, con respiración y pulso, no lo deseaba más, ya no queria nada si eso me separaba de todo, un ultimo vistazo alrededor antes de dejarme caer al agua.

Podía sentir el viento agitando mi cabello y como estaba cada vez mas lejos del puente, sintiendo como mi cuerpo se hundia en el líquido oscuro que era el rio, rodeado de su frescura, el impacto debio de haberme dolido pero parece que ya no me quedaba mucho de humano como para sentir dolor físico.

Observaba el cielo cada vez más lejano que ya era completamente nocturno, mis cabellos y ropas flotando conforme mi cuerpo estaba cada vez mas lejos de la superficie, mis oidos zumbando y mi pecho lastimandome, podia sentirlo, tanta paz... estaba perdiendo lo ultimo que tenia, algo que ya no quería, que no necesitaba.

Unas ultimas burbujas escaparon de mi boca y nariz cuando mi cuerpo tocó el fondo, mantenido ahi por el peso de las rocas, ya no tenia aliento, ya no tenia nada, no habia más cosas que pudiera perder... mis ojos se cerraban pero en luar de eso parecian abrirse a una luz cegadora:

"Antoine... te estabas tardando"


Tú voz... como la extrañaba, ya no importa donde este o a donde vaya, estaré contigo.

Mis ojos se cierran mientras otros se abren a la luz cegadora, dejando un cuerpo que sonrie antes de dejar de funcionar definitivamente.

Fin